me desperté para ir al dentista. las sábanas me tenían bien agarrado y no me dejaban ir. tuve que luchar un poco. me arreglé a medias, desayuné a medias, me lavé los dientes y se me hizo un poco tarde.
tomé el autobús, y cuando voltee hacia los asientos, ví a un chico muy lindo. no pude evitar ponerme nervioso. cabello ondulado perfecto, rostro armónico, nariz perfecta, ojos grandes, alto, con un buen físico y una barba recortada que le daba un aspecto maduro, mayor. me senté hasta atrás para poder ver cómo sus cabellos se abrazaban unos con otros, un cabello hermoso y espalda grande. rápidamente la fascinación se convirtió en frustración.
era todo lo que yo quisiera ser, sin embargo ningún esfuerzo sería suficiente para convertirme en eso. no puedo ser más alto, no puedo tener esa cara, no puedo tener ese cabello, no puedo tener ese aspecto de adulto, ni esos ojos tan grandes y lindos.
bajó del camión, después de dedicarme una mirada de compasión con esos ojos tan lindos y grandes. cómo diciendo "ni modo".
"la belleza de otro no es la ausencia de la tuya" me repetí mil veces en mi mente, con lágrimas en los ojos y los puños apretados.
de regreso a casa me dolía más el corazón que los dientes.
- Luis.
Hermoso escrito. Triste. Siempre anhelamos lo que no tenemos. Quizá eso nos mueve hacia adelante también. Aunque sea imposible.
Mucha fuerza.